Fotografía de Víctor Carrillo
Soy todas aquellas que tuve que ser hasta hoy,
con las costillas mal puestas y los ojos desencajados.
Tan sólo contaba con el nombre que me dio mi madre.
Ahora sé del metabolismo de los cuerpos,
del sistema inmune y de manos desconchadas.
Sé cómo cambia la velocidad de mis pies
cuando se encuentran con otros pies
y hay un silencio a la altura del pecho.
Sé cómo mantenerme entera hasta que pase el frío.
Supongo que la sangre se lleva el miedo.
Cuando regresa la sangre, la vida se hace más fácil.
7 comentarios:
[o corpo que parecendo dormente, nunca se adormece dentro da palavra que lhe dá sentido]
um abraço,
Leonardo B.
Y respira uno más tranquilo.
Y respira uno
Has recuperado el estilo inconfundiblemente Ana Castro ¡Me gusta!
¿Qué hacemos con Ana Castro? jajajaja
te como
ven ya
pero ya! que te voy a poner bien las costillas!
Anónimos, identifíquense.
Gracias a todos por exhalar conmigo.
Ya tenemos poéticas y esas cosas raras que los médicos no saben diagnosticar :P
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