27/12/10

Cántico en blanco



Fotografía de Víctor Carrillo


La casa ha quedado así:
en blanco y desmantelada.
Como si no hubiésemos reído lo suficiente este año.
Y nada de ropa por el suelo, ni papeles de periódicos gastados.
Ningún resto de mudanza. Tan sólo el blanco,
esta desnudez, el vacío de la casa y yo,
ocupando la superficie de cinco baldosas,
con todas las ventanas abiertas,
intentando atraer un olor del tiempo que hemos gastado
sin echarnos de menos.
No consigo acordarme. También yo en blanco.
Mi pelo en blanco. Mis pantalones con un rastro de lejía.
Una vez hubo un lavabo y  la intimidad quedaba sobre los caballetes
colgada de las paredes.
También tus collages se han derretido.
Este frío en blanco atravesándonos los ojos.
Quiero que vengas y te desnudes, quiero
saber si mi cuerpo aún reconoce tu cuerpo
o son mis huesos, la anemia y las humedades de esta casa, 
vacía, en blanco, el año que se acaba...
Es mejor así. Cuando estoy vacía y tengo frío
prefiero permanecer en blanco, acurrucada contra las baldosas.
Que la casa esté tan desnuda como yo.
Las dos desmanteladas.  Y un silencio antiguo.

---

1 comentario:

Enrique dijo...

Sin lugar a dudas el blanco será siempre nuestro color.
Porque siempre nos quedará mucho por delante.