24/6/10

Césped













Fotografía de Víctor Carrillo

Mi pie izquierdo rozó tu pie derecho al borde de la piscina.
Habían terminado los exámenes. El tiempo, al igual que
las cervezas, regresaba para quedarse.
La crema protectora volvía a ser una parte esencial de nuestras vidas
y agobiaba la sensación de no tener nada que hacer.
No había prioridades más allá del impulso instantáneo.
Un café con hielo después de comer. Un helado viene bien
a cualquier hora. Ropa suelta. Chanclas. Aspersores.
Sentir el suelo más cerca, al borde de las uñas.
Sentirse piel a piel, con el calor de media tarde.
Gastar el césped con la risa,
con todos los minutos por delante.
Que una tormenta de verano lo limpie todo,
que nos siente tremendamente bien.

1 comentario:

alguien dijo...

¡Ay, verano! Y las resoluciones de todas las becas y tonterías a las que nos acogemos.
Besito :)