Los habitantes de las ciudades del Sur temen la lluvia que golpea por dentro.
Piensan en castigos divinos, maldiciones,
cuando el cielo parece romperse.
Pierden elasticidad y el sentido de la orientación y
llegan tarde a todas partes.
Temen por su casa, su coche y su DNI.
En realidad, temen sólo por los fonemas que conforman sus nombres.
Los habitantes de las ciudades del Sur hacen recuento de sus pecados los días de lluvia
y rompen los paraguas frente a los escaparates.
Algunos deciden subir a un autobús y dar vueltas por la ciudad.
Todos los habitantes de las ciudades del Sur
dan un sentido (metáforico) distinto a las grandes tormentas de finales de otoño.
A los habitantes de las ciudades del Sur
le escuecen los ojos cuando llueve.
A veces, incluso, lloran.
7/12/10
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2 comentarios:
Nos asusta la lluvia como si fuéramos gatos
Llamadme rara... Me fascinan estos días.
Un abrazo ( pero no mojado ;))
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